jueves, 19 de junio de 2008

Era una noche de otoño, cuando Nacho y Magalí, dos chicos de 16 años, estudiantes de secundaria, extrovertidos, sinceros, alocados, imaginativos, con varias metas en común, iguales pero diferentes; mientras esperaban a su amiga Lucía, pequeña persona, con una sonrisa enérgica y compradora, amada por los dos y con constantes dificultades amorosas; dibujaban y escribían una historia en donde ellos eran los protagonistas.
Esta noche se encontraban juntos, sentados en la mesa del comedor sin haber discutido hasta el momento, cosa extraña en los dos.
Nacho estaba haciendo esos típicos dibujos de él, con círculos, colores y demás vueltas, yo pensando en que escribir, en el momento que sonó la campanita, reemplazando un timbre, salí a abrir donde el frío pego en mis piernas. Lucía anunciando su mal humor debido a la Internet.
Solo sonaba música de fondo, cuando mamá y papá se despidieron con un "hasta mañana". Ahora si, al encontrarse practicamente solos, Nacho aporto a a mesa tres cartoncitos de mezclados colores, de los cuales hicieron ingesta, continuaron en lo que cada uno estaba haciendo, hasta que Lucía comenzó con su delirio y casi al mismo instante Nacho se para y va rápidamente a la cocina, Magalí parece haberse quedado sola, sola en el mundo cuando Lucía hace palabra se da cuenta que no, pero se encuentra en otro plano.
La noche se hizo amiga. Nos bajamos (...)

1 comentario:

Lucie dijo...

NACHO, ESTÁS RE LOCO. jajajaja
TE AMO
LOS AMO.

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